Diplomacia boliviana con nuevo embajador


La Paz, Bolivia – 3/11/2012 13:24 PM

Editorial

Página Siete – La Paz 02/11/2012

La noticia de que el país tiene un flamante embajador, el actor estadounidense Sean Penn, ha recorrido el mundo, no tanto por el nombramiento en sí como por la popularidad del personaje. Ha sido, ni duda cabe, un golpe de imagen importante para los intereses del país, sobre todo con el objetivo de visibilizar tres de los más importantes temas de la diplomacia boliviana.

Aparte de ser un actor extraordinario, Sean Penn ha alcanzado notoriedad internacional por su dedicación a la defensa de causas nobles de interés mundial, que lo han llevado a visitar numerosos países. Su misión más importante ahora consiste en lograr apoyo económico para Haití, país que fue devastado por un terremoto en enero de 2010.

El actor Penn estuvo en el país para alentar los planes de ayuda en favor de Haití. Tras las reuniones en las que abordó el objetivo de su visita, recibió una agenda nueva, encargada por el presidente Evo Morales, que lo nombró “embajador de las causas nobles de Bolivia ante el mundo”. Su misión será hablar de la reivindicación marítima, la defensa del acullicu y el pedido de extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

Tres temas de alta importancia, pero existen dudas de que Penn realmente los tome con la seriedad que ha asumido su propio proyecto, la ayuda a Haití.

No trascendió la explicación que el actor recibió sobre el tema marítimo, pero si le fueron relatados los detalles de la cambiante política al respecto adoptada por el Gobierno, ha debido quedar, cuando menos, sorprendido. En este sentido, no quedó claro si el nuevo embajador abogará por la revisión del Tratado de 1904, la reanudación de las negociaciones bilaterales, la activación de los mecanismos de controversias de Naciones Unidas o la demanda ante estrados internacionales. A propósito, en el tema marítimo –el más importante de la agenda boliviana– es imperativo realizar una evaluación seria sobre la actual situación.

La defensa del acullicu sí puede ser una veta a explotar por el actor. Por ahora la cancillería está haciendo un trabajo importante sobre este asunto, sobre todo por parte del canciller en persona, pues Bolivia carece de embajador en Viena, que es la sede del organismo que debe analizar el tema.

Y Penn puede también exponer la preocupación boliviana por la no extradición de Sánchez de Lozada, que es justa y que debería aprobarse. Sobre la real influencia del actor, sin embargo, existen muchas dudas.

La diplomacia boliviana hace bien en dar estos golpes de imagen, como la contratación simbólica de Penn, pero más allá de ello el trabajo de los profesionales bolivianos es el que realmente importa. Y de eso no se ve mucho.

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